27 de Noviembre del 2019

¡SOY LA MEJOR MADRE Y SOY UN MUJERÓN!
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¿Alguna vez te ha pasado que entre preparar el lunch de los hijos, escuchar cómo le fue a tu esposo en el trabajo, alistar todo para la escuelita del día siguiente, pensar qué día pasarás por el regalo del amiguito de tu hijo que cumple años el fin, ir al pediatra, llevarlos a sus clases de estimulación, sacar el trabajo urgente de la oficina que tienes arrastrando por posponerlo por que un hijo enfermó, la cita del lunes y la reunión del jueves, se nos olvida que somos MUJERES?

A veces las mamás podemos funcionar casi como unas máquinas. Hay días en los que no paramos. Hay noches que pasamos pensando en todas las tareas y pendientes que tenemos al día siguiente que casi al cerrar los ojos el despertador ya sonó.

Pasa que nos perdemos poco a poco como mujeres sin darnos cuenta y luego nos acostumbramos tanto a ello, que lo comenzamos a ver de lo más normal, y conforme la vida avanza nos olvidamos más y más de nosotras mismas.

Quiero decirte que esto que nos pasa es la realidad y no es para alarmarse, es para darse cuenta que podemos ser todo a la vez y podemos disfrutar de una vida plena en todas nuestras facetas, siendo mamá, siendo esposa, siendo trabajadora, emprendedora o empresaria y siendo MUJER.

Si alguna vez has usado alguna de estas frases, no dejes de leer.

“Es que desde que soy mamá no tengo tiempo ni energía para mi”

¿Apoco no la has usado más de una vez? Sabemos que esta frase la hemos repetido en reiteradas ocasiones. Y sí, claro que es agotador tener que estar a tiempo en la guardería o escuela por los niños porque si no nos cobran el retardo, claro que es agotador tener que llegar a bañarlos, tener que contarles otra vez el mismo cuento que piden diario para dormirlos, claro que es agotador tener que llegar del trabajo a amamantar, claro que es agotador pasar la tarde persiguiendo al más pequeño por toda la casa… y la lista puede continuar, pero a pesar de lo agotar que puede ser siempre terminamos sacando esa reserva de energía que tenemos guardada en lo más recóndito de nuestro ser por nuestros hijos, o por nuestro marido, o por nuestra familia. Entonces, ¡utiliza esa reserva secreta para ti misma! Di sí a los planes que te proponen tus amigas o amigos, di sí a esa cena especial, di sí a pasar un día a solas, di sí a ese viaje de fin de semana que quieras hacer sola, di sí a pasar todo un día en el spa, di sí a comprarte ese vestido súper sexi y salir por ahí, di sí a ti misma, di sí a los planes que te hagan completamente feliz.

“Es que la verdad desde que soy mamá todo cambió”

Y sí, es muy cierto, tu vida en definitiva no será la misma. En algunas mamás cambia más que la responsabilidad, puede cambiar nuestro temperamento, puede cambiar nuestro humor, etcétera pero lo cierto es que en el fondo sigue existiendo esa GRAN MUJER con sueños, metas y planes, esa mujer que no se rinde, ¡tú puedes! No te abandones como mujer.

“No se si sea lo correcto, qué van a decir de mi como mamá”

Si estás iniciando esta etapa como mamá tal vez puedas prestarte al qué dirán. Además de que la sociedad ha ejercido una gran presión sobre lo que debe ser y hacer una mamá. Si eres esa madre que se sacrifica a sí misma por el bienestar de los hijos entonces te ven como una buena mamá. Sin embargo, ¿dónde quedas tú? Déjame decirte esto: ¡Puedes ser la mejor madre y ser un mujerón! Olvídate de la culpa por pensar en ti, por querer un tiempo a solas, por querer desconectarte un día de todo, como cualquier otra persona debes cuidar de ti misma, dedicarte tiempo y amarte en tu faceta de mujer.

Es momento de retomar ese pasatiempo que tanto amas, de cuidar tu físico de comprarte ese outfit que te hizo ojitos, de hacer lo que como mujer te hace feliz. Aprende a delegar responsabilidades, apóyate de tu pareja, de tu mamá, de tu familia, si te es posible contrata a una persona que te ayude a mantener tu casa en orden, busca esa asistente que tanto anhelas. Sé una mamá y mujer plena. ¡Nunca es tarde para encontrarte a ti misma! Disfruta esta vida y disfrútate a ti.

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